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6/13/2015

Capitulo X. El extraño ataque

Mirdor acariciaba la parte baja del pequeño halcón que tenía en su mano. Chillaba y tenía la mirada fija hacia el horizonte junto con su dueño. Sus ojos eran blancos como una perla recién sacada, no tenía pupilas ni pensamientos propios, estaba muerta en vida. Le daba una misión importante y para eso los demonios la habían matado y puesto en su cuerpo el alma de uno de ellos.

- Ya sabes que hacer- Indico Mirdor al halcón.

Aquel halcón despego extendiendo sus enormes alas negras, perdiéndose entre las nubes y solo se escuchaba su sonido característico que cada vez más se desvanecía a lo lejos. Mirdor seguía contemplando el horizonte tranquilo, esperando que todo marchara como el quería, sin ningún problema o sospechas que pudieran poner el peligro su plan. Los demonios lo miraban atento a sus órdenes.

-Vayan a preparar a los hashiramas.- Ordeno.

Heaven ya caminaba perfecto sin ningún yeso, ni hojas purificadas, su pierna era libre y sana nuevamente. Todo se lo debía a Ethan, sin él ella estuviera muerta. Llevaba rato sin verlo desde aquel momento en el que se retiró con una conducta muy extraña, ni siquiera había aparecido aquella tarde para la comida que había preparado Amy para todos. No lo había visto en días y otro sanador era quien se encargaba de ella; pensaba que a lo mejor fue a ver a su chica haciendo caso a lo que le aconsejo ella. Heaven aún estaba dolida por no tener su apoyo en ese momento cuando se enteró que Millan era su padre, dejándola con apenas un desconocido para ella, no sabía porque él se había comportado de aquella forma, tal vez algo le pasaba. Muchas cosas pasaban por su cabeza de lo que le había ocurrido y no dejaba de pensar en él.

Owen no la dejaba un minuto y eso la fastidiaba, no le gustaba que la acosaran o la molestaran tanto, y tenía que buscar un respiro. Cada mañana que pasaba Owen la llevaba a caminar por la cámara y los mismos sitios. En el tiempo trascurrido el dragón se dejaba ayudar; ella había conocido muchas mujeres que con sus conocimientos de manualidades mejoro un poco más la producción de objetos tazas y hasta ropa, diseñando y explicando nuevas formas de hacerla, de cambiar la vestimenta.

- Señor, Biblion ha sido atacado por hashiramas. Hay muchos heridos-
Informo el  guardián. Un hombre corpulento con voz gruesa, piel oscura, calvo.

Millan junto a todos los que estaban desayunando en el pequeño comedor lúgubre de tantos cuerpos que estaban allí. Muchos dejaron sus platos y junto a Millan salieron rápidamente. Heaven quería ayudar de algún modo, no quería quedarse sin hacer nada, no le gustaba eso.

- ¡Millan, espera! - Exclamo corriendo como pudo hasta su lado.

-Ahora no Heaven, luego hablamos

-Quiero ir contigo

- No- dijo en seco.

- ¿Porque no?- Heaven caminaba detrás de él siguiendo sus pasos.

-Heaven es muy peligroso, no sabemos si Mirdor es quien causo esto como trampa para capturarte así que quédate-

Su voz era gruesa y aguda como la de un gigante, daba miedo escucharla, impartía respeto y mandato. Las palabras fueron más que claras para Heaven, quien solo se quedó estática observando como Millan se alejaba cada vez más.

-Ven conmigo- Esa voz le resultaba familiar, venía a sus espaldas.

-¿Donde has estado?- Heaven volteo y su tono de voz no era nada agradable, su rostro mostraba cierto enojo, con el ceño fruncido y una mirada fija hacia Ethan quien era el que estaba a su espalda.

-No me mires así, he estado algo ocupado

- ¿Ocupado con qué? Da igual, no quiero hablar contigo-

Volvió al comedor donde ya se notaba mejor el lugar. En el centro una gran mesa redonda era la de todos para comer. Muchas verduras, frutas estaban sobre ella sin ser tocadas. Una muy particular le hizo recordar a Heaven su llegada, una de color morado, triangular y viscosa .Agarro una en sus manos observándola, sintiendo aquella textura blanda y rocosa por fuera como azúcar. Iba a atreverse a probarla.

-Yo no lo haría- Ethan se acercaba a la mesa tomando asiento -Es un poco acida si la comes así... Puedo hacerte una bebida con ella es mucho mejor- La observaba y notaba el enojo de ella hacia él, aunque buscaba un pretexto el sabia porque se ausento.

-Entonces no la como. No quiero que me hagas nada, puedo decirle a otro.- bramo. Ethan dejo salir apenas una sonrisa y tomo aquella fruta cortándola con una navaja y exprimiéndola fuertemente sacándole el jugo en un envase pequeño. -No seas tan testaruda, además no hay nadie más aquí

-Yo lo hare sola- Tomo un puñal de aquella fruta y fue al otro extremo de la mesa agarrando uno de los cuchillos que habían dejado allí, buscaba entre las cosas algo que pudiera exprimirlas y un envase de madera.

-Inténtalo a ver si te gustara, se cómo preparar bien una bebida con esta fruta- Ethan termino de preparar el jugo colocándole un poco de azúcar que había sacado de un trozo de caña. -Ya está listo-

Se acercó a Heaven sigilosamente ofreciéndole un poco.

-Gracias- Sonrió amigable y un poco dulce. -Siéntate para que hablemos un momento.
Ethan saco dos de los asientos debajo de la mesa para que ambos se sentaran a platicar, él lo hizo primero.

-Puedes decirme ¿porque estas de ese humor conmigo?- pregunto Ethan sabiendo que respuesta le darían. Él se sentía un poco incómodo, nunca había estado en una situación así. Heaven agarro el jugo acerándose a él con pasos lentos observándolo después de sus palabras.

-Te necesitaba cuando me dejaste con Owen Ethan, te fuiste dejándome- Suspiro enojada intentando que él no se diera cuenta. Alzo el jugo en el envase de madera y lo coloco por encima de su cabeza haciendo que esta cayera sobre ella. - Esto es por hacerlo.
Dejo sobre la mesa el envase vacío y camino hacia la segunda puerta a un extremo.
Ethan se molestó un poco pero se contuvo porque sabía que lo merecía, aunque no esperaba eso. Se levantó siguiendo a Heaven

-!Oye! ¡lo siento!- Exclamo en voz alta -Te dije Millan me necesitaba, era importante. Además no estabas tan sola.

-¡Te había dicho que Millan estaba en una reunión! - Exclamo enojada.

Lo miro solo unos segundos para luego bajar su rostro negando y luego se volteó nuevamente abriendo la puerta. En ese instante una mujer pequeña, cabello rizado y delgado se acercó a la puerta.

-Ethan, los heridos están llegando. Ethan se había enojado un poco al ver lo testaruda que era Heaven, aunque por alguna razón le gustaba algo de eso.

-Iré a cambiarme y voy con ellos- Comento en voz alta y aguda cuando se retiraba del comedor, preocupado por los heridos que tenía que atender.

-Yo iré a ayudar- Índico Heaven caminando detrás de él.
Ethan la observo y su ligera sonrisa dio a entender que le gusto que quisiera ayuda.

-Espérame en la cámara de sanación, voy en enseguida... Y Heaven… De verdad lo siento-

Ethan se retiró rápidamente a cambiarse, toda su ropa era jugo, hasta el olor era fuerte y tal vez a los heridos no les agrade. Ella no sabía dónde estaba esa cámara así que pidió a la mujer pequeña que la llevara hacia ella. Al entrar contuvo un aliento y sus ojos se abrieron como grandes platos de asombro. Trago grueso y se quedó por unos instantes petrificada. Habían muchas personas acostada en una fina sabana en el piso, muchas de ellas estaban ensangrentada, moribundas y pidiendo ayuda. El olor del lugar era desagradable ya que era sangre mezclada con arena, hojas y medicamentos.

Había varios duendes ayudando a aquellos heridos, uno de ellos se encargaba de sacar el agua ensangrentada y tirarla en un hoyo de desagüe que había cerca. Gritos de dolor se escuchaban y trozos de tela iban y venían bañadas en sangre. Además de hombres había hadas y duendes en la misma condición, los sanadores intentaban con la mejor atención y paciencia curar los pequeños tejidos de las hadas. Heaven no sabía de qué manera ayudar y Ethan estaba tardando mucho, el lugar era un caos, ella se preguntaba como el podía soportar todo eso. Miraba a un lado a otro y luego escucho su nombre, alguien la llamaba.

- Heaven…- Cerro sus ojos y en el próximo segundo los volvió abrir recuperándose del shock que le había dado. Ella en esos casos no era de deprimirse y no hacer nada, curiosamente era de no mostrar sentimiento alguno, pena´, desesperación o lastima, sino cosas similares a esas la hacían actuar y pensar con agilidad. Al frente estaba Owen colocando sus manos sobre el pecho de un duende deteniendo su hemorragia. Ethan había llegado al lugar, al entrar su asombro fue devastador, nunca había tenido tanto trabajo. Rápidamente se puso a trabajar, indico a uno de los ayudantes que le consiguieran agua y unos paños. Observo que Heaven estaba ocupada así que camino hacia donde había un hada muy herida y que estaba a punto de morir.

Coloco sus manos sobre su pecho tratando de detener el sangrado, recibió el agua y los paños colocando uno en su frente y otro en el pecho presionando fuertemente. Heaven ayudaba a Owen a detener la hemorragia del duende colocándole un paño. Ya había visto a Ethan haciendo su trabajo y en otro extremo a Amy y Max. Millan llegaba cargando entre sus brazos un hombre de mayor edad con la cabeza rota. Lo coloco al lado de Heaven y le presionaba también con un paño y luego le colocaba hojas purificadas en la herida. El viejo miraba a Heaven soportando el dolor.

-¿Heaven? - Pregunto Owen. Estaba esperando que quitara sus manos. En ese preciso momento el viejo se exaltó

 -!Tu¡ Es tu culpa- La señalaban. Heaven miraba al viejo extrañada, no sabía porque decía eso sobre ella y ya la estaba asustando. Quito las manos de aquel duende herido y se levantó asustada, todos empezaban a mirarla y señalarla como culpable.

-Ella... Por culpa de ella…- Decían varias personas heridas a la vez señalándola. Heaven se sentía confundida y ver a aquellas personas culpándola de algo que no tenía idea.

-Mirdor nos advirtió que si tú no morías nosotros lo hacíamos por ti.
Aquello fue como una puñalada en el corazón de ella, sentía ganas de llorar pero no lo haría en aquel lugar y se contuvo las ganas.

- Heaven es mi hija, por lo tanto quiero respeto para ella mientras vivan aquí y estén a mis cuidados. El que no quiera será puesto en una celda en lo último y oscuro de la cámara- grito Millan en tono grueso, firme y autoritario. Aquello resonó por todo el lugar.

Millan se acercó a Heaven para sacarla de ese lugar, a cargo dejo a Ethan, Amy, Max y Owen para que atender los heridos mientras el llevaba a Heaven afuera. Ethan observaba con preocupación a Heaven, quería en cierto modo acercarse a ella pero de momento tenía labores que hacer y aquellos heridos necesitaban atención. El hada que Ethan atendía había muerto, perdió mucha sangre y el no pudo hacer mucho, la herida era profunda. Cubrió su cuerpo con una sábana blanca y siguió atendiendo otros heridos. Heaven se retiraba con Millan fuera de la cámara, ambos debían hablar mucho.

-¿Porque me dicen así? ¿Qué les hice?

-Mirdor los amenazo.

-Quiero irme de aquí. Si puedes salir a rescatar entonces salgamos y me llevas a la cueva para regresar a casa.

-No es fácil. Hay espías por todo Borjhan.-

-¿Cómo salieron a rescatarlos a ellos? Debieron tener un plan. Quiero irme.- Imploraba con lágrimas en los ojos. Un gran nudo en la garganta y gran congestión en la nariz que por su condición no la dejaba respirar bien. Quería salir de aquel lugar donde todos la culpaban, donde la querían muerta y donde no tenía en quien confiar. Millan decía ser su padre pero faltaban muchas respuesta que debía contestar.

-Es momento de que sepas todo con detalles... Vamos a dar una vuelta así podremos hablar mejor-

La voz de Millan se tornaba un poco cálida, su mirada se fijaba hacia el frente y su caminar lento con su espalda erguida. En él se veía seguridad y confianza de lo que iba a decir, aunque de seguro Heaven no iba a tomarlo nada bien. Heaven tenía muchas preguntas que hacerle a Millan, pero antes sabía que debía estar calmada, respiraba profundo tomando aire ya que no podía respirar bien, se sentía muy sola.

- ¡Millan! - Ethan los detenía.

- ¿Porque no estas con los enfermos?

- Tienes que venir a ver

Millan se detuvo en su andar y se regresó de Inmediato a ver qué sucedía.

-Heaven lo mejor será que esperes aquí, lo que sucede adentro no es el ambiente adecuado para ti

Ethan trataba de calmar un poco a Heaven y le aconsejaba esperar afuera, ya que sería mejor para ella. Millan entro nuevamente y encontró todos los cuerpos muertos.

-Todo va a estar bien, no les hagas caso, nada de esto es tu culpa-

Una de sus manos acariciaba la mejilla de Heaven suavemente, aunque estaba nervioso al hacer eso, además que Heaven no quería hablarle.

Millan entro viendo a todos los cuerpos muertos. Los cuerpos estaban helados, en su piel se podían observar las venas. Estas estaban de un color negro y algo gruesas tanto así que se marcaban en la piel. Millan fruncía el ceño, extrañado ante tal masacre, nunca había visto un cadáver ponerse así.

- Debemos sacarlos a todos, no los toquen.

Millan ordenaba a todos, no sabían que era lo que les había sucedido y no sabía si era dañino para ellos. Heaven que entraba con la impaciencia que tenía afuera se quedó perpleja tapándose la boca, quedando impresionada por los muertos. Sin respirar, parpadeo varias veces y luego cerró los ojos. Ethan al ver que Heaven había entrado se le acerco, colocando una de sus manos sobre el hombro de ella para sacarla del aquel lugar.

-Heaven, vamos a fuera no debes estar aquí

-¿Que les paso?- Heaven no se movió de su lugar aun mirando los cuerpos.

-Fueron envenenados Heaven- Ethan bajaba su mirada, en el había impotencia y rabia, sabía que Mirdor era el culpable de esto.

-¿Cómo fueron envenenador? - Heaven se sentía muy mal.- ¿Es por mi culpa cierto? - Le pregunto a ambos.

-Esto no es tu culpa. Mirdor quiere ver toda la gente de Borjhan a sus pies, y aquellos que se resisten los asesina- Millan fue más que claro con Heaven al decir que no era su culpa.

-Eres mi hija. Te envié a aquel lugar para que tuvieras una mejor vida lejos de esto. Mirdor cree que tú eres, hija mía, la de la leyenda. Quien pasa por primera vez por la puerta es porque es de corazón puro y valiente. Se dice que un hijo de los hermanos junto con el dragón puro derrotara a los gobernantes.

-Y... ¿Se supone que esa debo ser yo?

Heaven empezaba a aterrarse, se preguntaba cómo es que ella haría eso, si no sabía ni pelear y además ellos tenían poderes.

-Mirdor lo cree con tu demostración en el anfiteatro Heaven. Mostraste tener la capacidad de tus poderes- Contesto Millan.

-!No tengo poderes! ¡Me quiero ir de aquí!- ]Exclamo Heaven saliendo de aquel lugar para escapar.

-¡Heaven, espera!- Exclamo Millan viendo como ella salía rápido de aquel lugar. Ethan la siguió rápidamente hasta alcanzarla. Él estaba sorprendido, aunque tenía sus sospechas.

-Espera!... Heaven se detuvo volteando a verlo.

-¿Qué quieres? También déjame tranquila, ve a atenderlos a todos pero ya déjame- suplico bajando bajo la mirada enojada y llena de dolor.

Ethan se molestó al ver su actitud. El no podía creer lo que pasaba, pero debía hacerlo y debía estar con ella y apoyarla.

-Oye, ya basta ¿no?... Sé que no debe ser muy fácil para ti, de no ser porque fue el propio Millan quien te lo dijo no lo creería

Ethan coloco sus manos sobre los hombros de ella intentando calmarla.

-Siempre pensé que esa leyenda eran patrañas, pero ya veo que no. Debes calmarte y ser fuerte, Millan no dejara que te suceda nada malo y bueno... Yo tampoco, no dejare que pases esto tu sola.

Heaven quedo muda mirando a otro lado, cruzo sus brazos sin decir nada, se quedó pensando en cómo deshacerse de él, no quería que la viera llorar. Ethan se acercó a ella abrazándola, rodeando sus brazos por su cadera. Era extraño para ella sentir el calor de su cuerpo en el de ella.

Heaven no podía comprender aquella repentina reacción de Ethan, era una forma de disculparse por dejarla sola cuando lo necesito o acaso ese abrazo era por algo más que ni el entendía. No le importo mucho, sentía su cuerpo, cada célula de su piel y le gustaba aquello. Millan salió y los vio a Ethan abrazando a Heaven, así que no hizo ruido alguno y se regresó. Ethan separo su cuerpo del de ella y dejo salir una sonrisa.

-Mientras Millan y yo estemos aquí, nadie va a lastimarte... Ya no estarás sola.

-¿Porque eres así conmigo?


Los dos no estaban tan lejanos uno del otro. Algo la hacía que dentro de ella se encogiese nerviosa. Tenía a Ethan muy cerca, sintiendo su pecho con el de ella, miro sus labios sintiendo el deseo de besarlo pero se contuvo.

5/31/2015

Capitulo IX. La Camara

Comienzo de una mañana Heaven estaba de buen humor, su pierna estaba enyesada y al menos podía salir un rato de ese lugar que la sofocaba, su habitación. Ethan le había dado el permiso para hacerlo, solo que no tenia acompañante.

-¿Quieres mostrarme tu el lugar? No conoce a nadie.

El se encogió de hombros.

-Si, claro. Te acompaño.- Sonrió leve.

La sonrisa era cálida y amigable.

El se acerco a su pierna bajándola de la cama mientras ella se sentaba y tomaba impulso para levantarse.

Sus miradas se atraparon y Haven tomo un trago profundo. Aparto la mirada y caminaron en silencio hasta la puerta.

El abrió y salieron.

El lugar que estaba refugiados era una especie de cámara subterránea, que estaba oculta en lo que era un volcán. Una estructura cónica, rocosa, son siglos de antigüedad.

Se suponía que era la tumba de Millan, sus hermanos lo habían lanzado allí, cuando aparentemente lo habían derrotado. La cámara cuanta con varias secciones, donde estaba ella era la de recuperación. Millan la creo para sanar allí los heridos que eran dañados por sus hermanos.

A medida que iban caminando por un suelo arenoso y rocoso, a su alrededor se veía mucho trabajo. Era un lugar enorme con muchos hombres contrayendo armaduras, medicinas, ropa y otros tipos que se necesitaban. Habían mujeres juntos a ellos ayudando como uno igual. En las paredes se ponían ver miles de antorchan que formaban un torbellino hacia arriba, terminando en lo que era el techo. Este era la abertura del cráter, cerrado por una gruesa madera que se abría cuando jalaban todos de una cuerda gruesa y resistente cuerda. Por encima de la madera había un líquido a base de ácidos extraídos de plantas venosas. El líquido tenía una reacción aferente que imitaba al magma del volcán.

Ethan le mostraba el lugar a Heaven y ella estaba muy sorprendida por todo lo que veía. En la llevaba a la cámara donde estaban los dragones, aunque pensó que de seguro a Heaven no le gustaría.

-Te mostrare la cámara de dragones, no te asustes no va a pasarte nada.

Ella sonrió tierna.

- Después de volar en uno y dominarlo, ¿le tendré miedo?

-Entonces, ¿Crees que puedes con uno de nuevo? Ethan buscaba hacerla sentir mejor, la retaba a subir en otro dragón cuando su pierna estuviese mejor.

- Puedo con otro.

Sonrió, aquella sonrisa se reflejo en sus ojos.

Llegaron a una especie de celda que era el refugio para los dragones, se escuchaba un estruendo, ruido y varias voces. Ethan toco esperando que abrieran, en eso un hombre alto, con tez ruda y seria. Cargaba solo pantalones de cuero como los que les había visto a los que la salvaron de morir en un árbol. Abrió solo un poco la puerta y los dejo entrar.

Un dragón, el mismo que había montado Heaven estaba enojado a no ser dominado. Botaba fuego por la boca y todos se escondían  de él.

-Déjenlo.

Heaven le parecía injusto e inhumano que lo quisieran amarrar de nuevo así cuando les había salvado la vida

- Señorita, este dragón no se deja calmar y ya ha lastimado a varios.- comento aquel hombre.

-Yo lo hare calmarse.- Expuso con preocupación Heaven.

-No-Ethan negó con la cabeza

- No iras. La tomo del brazo sujetándola.

- Suéltame- Dijo con autoridad alzando sus ceja.

Ethan la soltó preocupado. Heaven camino despacio sin llamar mucha la atención del dragón. Parecía tranquila pero en sus adentros sabía que era un suicidio, una locura, no tenía que probar nada ni hacerlo.

El dragón gruñía al mirarla acercar, no sentía mucha amenaza pero aun no confiaba.

-Tranquilo... Dijo con calma. Heaven mando a soltar sus cuerdas, la creían loca para hacer eso. Millan acababa de llegar y alzando sus manos mando a hacer lo que ella decía.

El dragón era 20 veces Heaven y a ella no le importaba. Para su sorpresa, el dragón dejo que se acercara aun más y se calmo un poco. Todos con excepción de Millan quedaron sorprendidos por lo que había hecho Heaven. Ethan intentaba buscar una explicación así mismo, como es que Heaven podía calmar ese feroz dragón. 

-No lo haces nada mal como para acercarte al dragón estando herida- La voz de Millan resonó en aquel lugar.

Heaven volteo a verlo y se sorprendió al verlo, ella estaba segura de haberlo visto antes. De pronto, empezó a tener visiones, tan claras como si fueran reflejos en el agua, estaba viendo uno de sus sueños donde justamente estaba el mismo hombre. Heaven ya sabía donde lo había visto, era él, era el sujeto que vio en sus sueños y que tomaba en sus brazos cuando aquella cabaña se incendiaba.

- Quiero que todos se salgan- Dijo Millan dando órdenes.- Excepto tu Heaven. Quiero hablar contigo.

Todos recogieron y salieron uno por uno dejándolos. Ethan fue el último en salir.

- Eres valiente- Dijo Millan.

Heaven se sentía algo apenas y asintiendo dando razón a sus palabras, no sabía exactamente qué decir.

- ¿Que sientes por el dragón?

Millan se acercaba a aquel sin tenerle miedo, sin sentir algo y comenzó a acariciar tu pata delantera izquierda.

Heaven volteo a verlo de nuevo.

-¿Por qué no te hace nada el dragón?

Heaven tenía muchas interrogantes en su cabeza, no solo por lo del dragón, sino también por sus sueños, el libro.

No has respondido mi pregunta- contesto Millan.

Heaven hizo una pequeña mueca.

- No lo se. Me salvo la vida.- Heaven miraba al dragón rojizo bajar la cabeza.

- Tengo muchas preguntas desde que llegue.

-El dragón te salvo la vida- Millan dejaba salir una leve sonrisa dejando de acariciar el dragón. Estaba dispuesto a contestar -Pienso que él está agradecido contigo, por sacarlo de ese lugar. Puedes preguntarme lo que quieras.

- ¿Sabes que no soy de aquí?

- Si lo sé. Me dijeron

- Pero no te han dicho como llegue, en si.

Heaven iba a contarle como había llegado esperando que le diera alguna respuesta o la llamara loca.

- Si se como llegaste. Se la verdad

- ¿Sabes la verdad?- Pregunto sorprendida.

- Se que fue una puerta, se que un dragón te daño la pierna y sé que no eres de aquí sino de otro lugar que no es de Borjhan.

Heaven se preguntaba porque sabía todo sobre su llegada, ella no le había contado a nadie, al menos no con detalle, apenas si le conto a Ethan.

-¿Como lo sabes?

También quedo con la intriga sobre Borjhan, había escuchado ese nombre, pero no lograba recordar donde.

- Se muchas cosas que con el tiempo te diré y iremos conociéndonos.

El dragón se movió y ellos se apartaron para que aquel pudiera acostarte.

-¿Qué cosas?

-Vamos, salgamos un rato, creo que este joven dragón quiere dormir

Heaven se movía lento para salir de aquel lugar.

-Esta bien

 -Esa pierna pronto estará mejor

Millan dejaba salir una pequeña sonrisa.

Heaven lo miraba con asombro, con todo lo que han pasado y el mostraba tanta tranquilidad, es como si nada le preocupara.

-Puedo hacerte otra pregunta. – Comento.

Millan la observo cambiando su sonrisa y se notaba más serio

-Sé lo que vas a preguntarme... Pero claro que puedes  


Millan habría una puerta que los llevaba a la salida de la sección de dragones.

-Como puedes estar tan tranquilo con todo lo que ha pasado.

-¿Tranquilo? No lo estoy. Estoy preocupado por ti

-¿Por mi? ¿Porque por mi? ¿Cómo sabes toda la verdad?

Lo que el sabia a Heaven e intrigaba, nadie sabía su hogar, como había llegado aquí y menos de la puerta.

- Porque yo ordene que te llevaran a aquel lugar.

Heaven se detuvo en el camino confusa, intrigada.

Caminaban por un pasillo lúgubre de antorchas con poca luz.

-¿A qué te refieres?

- Eres de aquí

- No, no soy de aquí. Solo me encontré una puerta en al armario de mi casa

- Yo sabía que la encontrarías. Heaven lo que te diré es confuso y no puedo decirte todo a la vez.

- Dime porque dices que soy de aquí

Heaven comenzaba a perder la paciencia. Ella pensaba que él estaba mintiéndole y jugando con sus sentimientos. Tenía muchas preguntas que hacer.

-Heaven dime una cosa ¿Cuándo te molestas o te pones triste no notas cosas extrañas? Millan pregunto.

Heaven asintió.

Pensó en las cosas de su niñez que le dolía recordar, era siempre la rara y la loca del tiempo. Muchas veces cuando se enojaba o estaba feliz ocurrían cosas extrañas; como el jardín de su madre, la tempestad del día que William le hizo daño. Siempre se había preguntado: ¿porque sucedía todo aquello? Heaven no quería reconocerlo.

-No lo sé... Es complicado, son cosas inexplicables, pensé que eran pura coincidencia
 Millan debía aclarar las ideas de Heaven, era momento de que ella supiera la verdad.
-La coincidencia es una casualidad del destino
.
- Explícame entonces porque fueron. Porque entre aquí, porque Mirdor desde que me vio me quiso matar de una vez.

- Heaven. Yo soy tu verdadero padre.

Aquello fue como un baño de hielo para ella, su tez se torno pálida al instante y su voz temblorosa.

-¿A.. Que te refieres? Tú no eres mi p... padre

Tal y como Millan esperaba así fue la reacción de Heaven, negaba todo aquello.

-Se que no es fácil para ti, pero soy tu padre.

Cuando Millan iba a contarle lo demás uno de los guardias,  uno de los hombres de negro que había salvado a Heaven los interrumpió.

-Señor, los centauros ya están en la sala de la reunión.

-debo ir, ve con Ethan y cuando me desocupe iré contigo.

Heaven siguió el camino desconcertada, se preguntaba si era una mala broma o si era cierto tenía muchas preguntas en mente ¿cómo que era su hija? ¿Como había llegado entonces a la tierra o Millan era de allá y había otra puerta? ¿Porque le había confesado así? Todo aquello ya era demasiado para ella, un sujeto con terribles bestias que la quería asesinar y ahora un sujeto que dice ser su padre ¿qué otra cosa debía saber?

Heaven se sobre salto.

Unas manos cálidas tocaban sus hombros. Iba distraída por sus pensamientos, dudas, que no había prestado atención donde caminaba.

Al alzar la vista un muchacho estaba frente de ella, estaban nariz contra nariz. Era guapo, sus ojos marrones brillaban como perlas y su pelo castaño. Era alto, y delgado y musculoso.

- Lo siento...- dijo Heaven con timidez.

- Esta bien, eres Heaven ¿cierto?- Dijo él con una sonrisa amable.

- Eh.. Emm… Yo...

-No digas nada, ambos estábamos distraídos ¿estás bien?


Heaven no sabía cómo responder aquello. Se había enterado de su verdadero padre, estaba herida, queria regresar. Y, no, no estaba bien.

- Si, estoy bien

- Me llamo Owen

- Hola Owen

- ¿Donde ibas?

- Estoy perdida

Ella desvió la mirada a un lado nerviosa.

- Sígueme y te llevare a tu habitación

Su ropa era diferente a la de Ethan, tenía los pantalones negro de los cazadores y su torso era cubierto por una playera blanca.

Era muy apuesto.

Caminaron por el largo pasillo en silencio, lo cual le resultaba a ella un poco incomodo.

-Háblame de algo

- ¿De que?

- Lo que quieras

-No lo sé. No te conozco

- Ya te dije mi nombre. Soy Owen

- Si, pero... ¿cuánto conoces a millan?

Era una de las pregunta que le haría a Ethan pero él no estaba en ese momento.

-La verdad no mucho, el me rescato de unas bestias que intentaron matarme- Explicaba el joven que no dejaba de mirarla, le parecía atractiva.

-Creo que él nos salva a todos.- Murmuro Heaven.

Cruzaron la esquina del pasillo salieron a la parte central de la cámara del volcán. En ese preciso momento Ethan pasaba por allí.

- ¿Heaven? Que haces caminando así, deberías estar acostada- Pregunto Ethan, se había molestado por como Millan la había dejado, se supone que el cuidaría de ella.

-¿Donde está Millan?

 Aquel muchacho que la acompañaba, Ethan nunca lo había visto, seguro era un cuidador del lugar. Ethan sintió algo que nunca había sentido, no le agradaba aquel muchacho, algo le decía que sería un problema para él, notaba una mirada un tanto apenada de parte de Heaven y eso le hacía pensar cosas que no lo dejarían tranquilo.

- Fue a una reunión con los centauros- respondió Heaven.

Owen los contemplaba.

- Owen me acompaño hasta aquí- Heaven dijo voluntariamente.

-¿Eres Owen?... Así que eres el que rescato Millan ¿no?

Ethan no sabía cómo presentarse porque aquel joven le generaba inseguridad consigo mismo, se sentía inferior a él con solo verlo.

-Si, ese mismo- Respondió.

Ella notaba la tensión del ambiente e intento escapar.

-Millan dijo que lo esperara en la habitación.- Informo.

-Entonces deberías ir a la habitación y descansar allí Heaven, hasta que Millan regrese.

 Ethan se le notaba desanimado, algo en el había cambiado, quizás era un poco de cansancio que tenia.

-Ire a ver si Millan me necesita para algo más... El te acompañara entonces.

-Eh, Ethan

- Heaven, tiene cosas que hacer- Añadió Owen.

-Millan me dijo que estuviera contigo hasta que el pudiera atenderme- Continuo Heaven.

Ethan se había alejado unos cuantos pasos y volteo cuando Heaven le hablo, el no entendía que le pasaba, no conocía eso que sentía, su corazón latía fuerte y su piel se tornaba fría, su test era pálida.

Sentía que quería estar solo y darse cuenta por si mismo que le pasaba.

-Pero ya tienes compañía así que no creo que yo sea necesario.

Ethan no era así, pero verla con él le producía esa reacción que el desconocía.

- Pero... Ethan- dijo Heaven desconcertada.

Cuando más lo necesitaba para contarle el se iba.

- Ven, vamos 

Owen la ayudaba a caminar por el centro donde muchos habían observado aquella escena.

5/30/2015

Capitulo VIII La mentira

Volaban encima de un volcán en actividad pero sin erupción, lo rodearon subiendo a la cima y entraron en el volando sobre la lava que no era tan caliente. Un extremo calor invadió sus cuerpo habiéndolos sudar.

El viejo índico al dragón que pasara sobre ella, se notaba serio y decidido.

- ¡¿Qué?! - exclamo Ethan sujetando a Heaven inconsciente en sus brazos- ¡Detente! ¡Detente! -Gritaba.

A medida que lo hacía el viejo inclinaba el dragón en dirección de la lava caliente.

Haven despertaba quejándose un poco, intentaba moverse pero no podía le dolía todo el cuerpo. Estaba confusa de donde se encontraba, no era su habitación ni la del hospital. Se encontraba en una especie de cueva subterránea. Las paredes eran rocosas, del lado izquierdo de su cama estaba un poco inclinada y estaba todo iluminado por antorchas.

-¿Dónde estamos?- Pregunto ella.

Ethan se acercaba a ella, llevaba algunas vendas debido a las heridas que le hicieron los hashiramas.

-¿Estas mejor?... Si que eres una chica fuerte- Una sonrisa se dibujaba en su rostro.

-Logramos escapar de ese lugar-

Intento mover las piernas aunque no pudo, la tendría inflamada, sentiría mucho dolor al moverla y la tenia envuelta con hojas curativas que le colocaban para calmarle el dolor, le daban a beber un jarabe de hojas de los arboles.

- ¿Como escapamos? No recuerdo nada después de caer del dragón - Su voz estaba calmada, se notaba confusa y adolorida.

-Millan nos salvo. No... No intentes levantarte- Ethan se acerco a Heaven revisando la herida en su pierna.

Quito la hoja de enjebo que llevaba puesta.

-¿Cómo se ve? - Pregunto ella.

-Se ve mucho mejor

Tomaba con suavidad y revisaba sino tenía heridas, lo mismo hacia con su rostro, pasaba su mano con delicadeza por su rostro preguntándole si sentía algún dolor. La miraba fijamente y le sonreía. Tomo una taza de barro que había en una mesa pequeña al lado de donde estaba acostada Heaven
-Toma bebe un poco, esto aliviara el dolor. Te pondré una nueva hoja de enjebo en cuanto Millan las purifique.

-¿Quién es Millan? -pregunto confusa.

Ethan se comportaba con ella muy amable y le gusta la forma como lo hacía, la hacía sentir segura.
Tomo su mano y lo miro a los ojos

- Gracias. Por ti estoy aquí a salvo, Ethan -Dijo con sinceridad.

Ethan la miraba y tomaba su mano.

-He salvado muchas criaturas, desde hadas hasta duendes, pero en ninguna de ellas puse en riesgo mi vida para salvar a alguien como lo hice contigo.

Dejaba sobre la mesa la tasa en la que le había dado de beber a Heaven.

-No sé de dónde vienes, ni porque te busca mi padre, pero mientras yo esté no voy a permitir que te haga daño.

Heaven no entendía porque lo hacía, como había dicho apenas la conocía y ella a él. No habían tenido muchas palabras pero había salvado su vida. No sabia exactamente que decirle, ya le había dado las gracias pero aun sentía que eso no bastaba.

-Eres muy amable, Ethan. No sé qué decir porque salvaste mi vida y dices que la volverías a salvar, estoy en deuda contigo.

-Es mi labor, así que me debes nada; además no puedo dejar que mi padre cumpla sus propósitos.

- Yo, después de todo no le tengo rencor a tu padre. No soy de vénganse y lo perdonare- Hizo un intento de encoger sus hombros pero luego se quejo, olvidaba el detalla del golpe en la espalda.

-Quizás tu no, pero yo si tengo mi cuenta personal que arreglar con el - El se notaba muy decidido a seguir peleando con su padre. -El mato a mi madre y luego me hecho por evitar ser como él, no se lo perdonare nunca-

- Puede que no lo perdones pero es tu padre - Heaven era comprensiva y entendía toda clase de experiencia vivida o no vivida.

Su amiga Emma le preguntaba muchas veces como hacía para entender tanto los sentimientos de los demás, ella era la mejor amiga que alguien pudiera tener, así le decía Emma.

Ethan tomaba de la mesa un pequeño envase.

-Ya no hablemos de él, después de todo cuando lo mate ya no será más mi padre- Había mucha seriedad en sus palabras, de momentos ya no era el joven amable que mostraba ser. -Colocare un poco de esta crema en tu pierna, te ayudara a sanar.

Colocaba un poco de ese ungüento en su pierna, dándole suaves masajes, nunca había hecho eso, tocar la pierna de una chica y masajearla.

-¿Matarlo? No, no hagas eso. Auch…- Se quejo cuando el masajeaba su pierna.- ¿Quieres convertirte e asesino?

Heaven no esperaba eso de él, lo creía tan diferente, tan dulce que solo imaginarlo cometer un crimen era algo que le decepcionaba mucho.

-No lo se... Pero de igual modo el va a querer matarme, así que él o yo, pero uno de los dos caerá- Ethan termino de colocar el ungüento y lo dejo de nuevo en la mesa. -Supongo que yo seré quien muera, el es más fuerte que yo

-No digas eso…

Una sonrisa marcaba su rostro, era una risa llena de tristeza.

-Pronto te pondrás mejor, te ayudare a que salgas de aquí y vuelvas a tu mundo donde puedas estar a salvo- Se quedaba sentado en una roca pequeña al lado de Heaven. -Descansa, estaré aquí si necesitas algo.

Ella sabía que tenía razón, su padre los buscaría sin cansancio y cuando los encentran a los dos, estarían muertos, ya no habría juegos o oportunidad para escapar.

Hace una semana estaba en su casa pensando en lo dedicada que era en el amor y sus exámenes. Ahora, estaba en una cama con un chico quien hace poco sabia su nombre y la había salvado ya varias veces de la muerte.

- Que irónico.- Ella sonrió.

No era una sonrisa de felicidad o alegría, era una de preocupación y a las ves sarcásticas.

-¿Que es lo que te parece irónico? Supongo que debes estar lamentándote por haber venido aquí-
Ethan estaba sentado sobre la roca, un poco pensativo.

- Hace una semana o algo así, no llevo muy bien el tiempo. Estaba en mi casa, en la tierra pensando lo desdichada que era en el amor y preocupada por exámenes de mi educación Un día, en la mañana, todo cambia y ahora estoy entre la vida y la muerte. Mis padres deben creer que ya estoy muerta y deben estar sufriendo.

Cerró los ojos mordiéndose el labio y inhalo aire para no llorar.

Ethan vio sus intensiones y se levanto de su asiento, coloco su mano en su mejilla tocándola suavemente y con lentitud mirando sus labios se acerco a su rostro. Aparto la mirada de ellos al besar su frente y lo cerró. Heaven no su momento quedo sin respuesta alguna, un beso en la frente significaba para ella respeto y cariño, aunque se preguntaba que mas había e ese beso, quizás si hubiese sido en sus labios los hubiese golpeado.

-Eso fue... lindo Ethan

Que otra cosa podía decir ante tan inesperado hecho del joven que ha arriesgado su vida por la de ella.

Alguien aclaro la garganta desde la puerta y los dos se apenaron al ver a Amy y Max mirándolos sonriendo.

-¿Que sucede?

Una ligera sonrisa se dibujaba en el rostro de Ethan, el sabía lo que Max y Amy se estaban imaginando aunque no era lo que pensaban, quizás, Ethan desearía en ese momento que si fuese lo que ellos pensaban pero era mejor no hacerse de esas ideas.

-¿A ocurrido algo?... ¿Porque nos miran así?

Heaven estaba aun más sonrojada y apenas por como los habían visto a los dos. Pensarían otra cosa que no fuera amistad o una relación de médico y enferma.

- ¿Cómo te sientes Heaven? - Pregunto Amy sonriente.

- ¿Ethan te atiende bien? - Dijo Max moviendo sus cejas arriba y abajo en forma de picardía.

- Eh... Si, Ethan es muy bueno en su trabajo- Contesto aun as apenada.

- Vamos no paso nada. Solo hablamos- Respondió Ethan.

Amy llevaba en sus manos una muda de ropa de duende de talla más grande. Era un camisón, pantalones de tela verde y zapatos de cuero de dragón par que se cambiara. Su ropa estaba sucia, rasgada y apenas se notaba que era una pijama.

Te ayudare a cambiarte- Dijo Amy colocando la ropa en la silla de piedra donde estaba sentado Ethan.

-¿Con ellos? – Pregunto apenada.

Heaven negaba con la cabeza.

- No. Ya sálganse ambos- Dijo Amy en tono autoritario a Ethan y Max.

Max tomaba a Ethan por el brazo para sacarlo del lugar mientras Heaven se cambiaba.

-Vamos muchacho- Ethan daba media vuelta y salía siguiendo a Max

-Volveré en un rato para revisarte- Ethan se preocupaba a cada minuto por el bienestar de ella. -Nos vemos al...- Ethan había tropezado torpemente con sus propios pies cayendo de rodillas.

Heaven contuvo una risa.

 -Rayos- Se expresaba Ethan al caer mientras Heaven y Amy sonreían al verlo.

Max le tendía la mano para ayudarlo.

-Estas bien muchacho?... No se puede masticar y caminar al mismo tiempo- Sonreía Max ayudando a levantarle.

Ethan se levantaba sonriendo algo apenado, en su mente pasaba la idea lo que Heaven podía estar pensando. Salió acompañado de Max antes de hacer otro desastre. Además, tenían mucho de qué hablar, Mirdor en cualquier momento los encontraría.

Amy Con sumo cuidado quito la parte de la pijama de arriba quedando en sostén.

- Debes quietártelo para lavarlo- Dijo amy señalando.

No sabía que era pero sujetaba bien.

-¿Qué? ¿Quitármelo? ¿Como estaré cuando me vista? Se me notaran- Negó.

De ninguna manera se lo quitaría y menos estando en un lugar donde no conocía mucho.
-¿Te lo dejaras sucio? - Pregunto Amy señalando su sostén.

No. Pero... ¿qué me pondré? Si eso no me cubre bien- Señalo el camisón verde.

Con cuidado de no mover mucho su pierna quitaba su pantalón con la ayuda de Amy.

-Los humanos son extraños- Dijo rompiendo al final el pantalón de la pijama.

-¿por qué hiciste eso?- Pregunto Heaven sorprendida.

Era su pijama favorita, siempre la usaba para dormir.

-Sino la quitaba así te lastimaría la pierna- respondió ayudando a meter por la pierna el nuevo pantalón verde. Heaven pensaba que parecía un uniforme como presa. 

Amy tomaba el camisón.

-Esto te cubrirá bien, es grueso, cómodo y te sentirás bien con él.

-Está bien- Se resigno Heaven y quito su sostén muy apenada y se lo dio.

Amy ayudaba a Heaven a colocárselo y así cubrirse, aunque estaban en una cueva volcánica el aire que emergía era frio y podía resfriarse.

-Mucho mejor. Debes acostarte de nuevo y descasar. Si Ethan te ve sentada se molestara

Heaven tenía nueva ropa, de no ser una humana podría confundirse con un duende igual Amy y Max. Se sentía incomoda con esa ropa que agarro una manta y se arropo cubriendo su pecho y sintiéndose más segura, ella no podía dejar que Ethan la viera así, sería muy incómodo, además, apenas si estaba conociéndolo.

-Heaven voy a dejarte sola, iré a lavarte tu ropa. Le diré a Ethan que puede venir.

Amy agarro la ropa sucia y salió de la habitación permitiendo que Ethan entrara nuevamente.

-Tengo las hojas purificadas por Millan

Miro a Heaven completamente arropada. En sus manos traiga unas series de cosas como un paño, pinzas, agua, entre otras cosas.

-Gracias

-No me digas que esta desnuda- Trago grueso.

- No, no. Claro que no- Negó respondiendo.

Quito su sabana de la pierna dejando ver su pantalón verde.

-Hay que cortar el pantalón. Se te puede pegar en la herida y no la dejara sana- Comento.

 Agarro una pequeña daga de su bolsillo y con el mayor de los cuidados Ethan corto un poco el pantalón que Heaven llevaba, debía dejar la herida descubierta para tratarla y así pudiera sanar más rápido. Dejo a un lado el pedazo de su pantalón y en un recipiente de madera pequeño mezclaba una pasta verde. Esta pasta era hecha con ramas medicinales y hojas. Le dejo reposar varios minutos y después de esperar tomo un poco en sus manos aplicándola en la pierna.

-¿Qué es eso?

- Una pasta echa por hojas

- ¿Estás todo el día trabajando?. -Pregunto curiosa.

- No ¿por qué?

Después de ser aplicada toda la pasta en la pierna, tomo el paño y lo coloco arriba de ella.

- Porque desde que he estado aquí, solo te he visto trabajar como medico ¿acaso no tienes amigos? ¿Novia?

-No, de hecho, mis únicos amigos son Max y Amy, uno que otros enemigos que ya tuviste el placer de conocer

Heaven sintió un hormigueo.

Ethan presiono un poco la toalla y la dejo puesta.

 Él quería saber porque la curiosidad de Heaven de saber si tenía novia o amigos, y tuvo la idea de inventarse una mentira, puesto que él nunca había visto más que duendes, hadas y otras especies no humanas.

-Hay una chica que creó está interesada en mi. Es interesante aunque muy poco la veo.
 Ethan se preguntaba así mismo porque inventaba algo así, ni el mismo podía creerlo.
Heaven escuchaba su explicación y entendió pensando que era un chico algo solitario y le parecía interesante, pero cuando comento su interés por otra chica su ánimo bajo.
-Nna chica ¿cómo se llama ella?- frunció el ceño. Su actitud con el había cambiado un poco en ese momento.

-Ciara. Vive al otro lado de la colina, es interesante- Ethan había notado cierto cambio en la actitud de Heaven. Se preguntaba si debía seguir con aquella farsa o esperar un poco más. Tal vez, estaba equivocado en lo que pretendía.

- ¿Por qué no la vas a ver? - Pregunto.

Ethan preparo un líquido a base de agua y alcohol en un recipiente y lo invirtió todo en el paño quedando mojado y la pasta húmeda.

-Pues, es que no he tenido tiempo, ya ves todo lo que ha pasado. Además, salir ahora no es conveniente Mirdor puede encontrarme y encontrarte a ti.

Su preocupación por ella era inminente, Ethan empezaba a ser un chico complicado y difícil de entender, ni el mismo aclaraba sus ideas.

-Tienes razón. Deberías decirle que vengas para acá. Tiene suerte de tenerte, Ethan. Porque eres un gran chico y muy tierno.

Ethan debía pensar como seguir aquella farsa pero ya eso sería luego.

-Heaven debes permanecer en silencio y relajarte, necesito terminar de curar tu pierna ¿si?

Acerco su mechero encendido, las llamas de color naranja y azul empezaron a crepitar por encima de su pierna. Heaven abría los ojos y contuvo su aliento, solo sentía un calor y nada de dolor.

- No la toques y no muevas, o otra pare de tu cuerpo. Relájate y sigue hablando conmigo. El no quería hacerlo pero era la única forma de sanar su herida para poder enyesarle la pierna por el hueso roto.

- ¿Qué es esto?

- Es un tratamiento médico avanzado y peligroso que se utiliza cuando hay una herida grave.

- ¿Cuánto dura esto?

- Dura solo diez minutos

- No me quemara, ¿cierto?

- No, todo estará bien Heaven asintió.


Diez minutos pasaron. Diez minutos fríos en silencio sin mirarse, sin hablar. Heaven solo pensaba en mostrar autodisciplina y madurez. De vivir la realidad, ella era de otro lugar y el de aquí.

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