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5/19/2015

Capitulo VII. Revelaciones

Los cazadores llegaron al hospital demasiado tarde, ya el duende viejo había muerto desangrado en la sala principal. Amy despertaba después de haberse desmayado cubierta de la sangre del duende. 

La sangre había recorrido varios metros hacia ella.

Max aún estaba dolido por los golpes de las raíces y como pudo se levantó acercándose a Amy para calmarla, ya que ella estaba alterada al ver que sus manos estaban cubiertas de sangre. Gritaba fuerte de desesperación y miedo, estaba muy  asustada, nerviosa, desesperada por quitársela, quería saber que había ocurrido después.

-¿Quién murió?- pregunto ella mirando a Max.

Max miro el cuerpo del otro duende escuchando un llamado a su otro extremo, era el niño.

- Sshh ya paso, estas a salvo- Le dijo mirándolo para calmarlo también.

El pequeño estaba pálido aun del susto, casi ni podía hablar, era muy joven para presenciar todo lo que había sucedido. Max tenía que esperar que el lograra que Amy se calmara y así explicarle lo que había pasado con Ethan y Heaven.

Este era el primer duende en morir asesinado en más de 2000 años. Max observaba lo mal que estaba el lugar, era claro que hubo una pelea. 

-Ethan peleo con... Con esa bestia, pero se los llevaron a los dos- Max apenas dijo.

-Hay que buscarlos Max. Los mataran - Dijo Amy levantándose del suelo.

-Lo sé, hay que ir con él.

Heaven y Ethan aun estaban en la arena esperando que llegara el momento, ella no sabía que era lo que iban hacer. Ethan ya sabía lo que iba suceder, solo observaba a su alrededor y notaba lo repleto que estaba el lugar, no soportaba ver como a ellos les parecía bien estar allí y creer que todo es un espectáculo.

Unas de las rejas del volteo se abrieron saliendo un hombre donde pasos hasta el centro del coliseo, alzo sus brazos abriendo sus manos para que todos hicieran un completo silencio en el lugar.

- Bienvenidos - dijo con una sonrisa en sus labios, paso su mano por su pelo largo hasta el hombro con un pequeño flequillo al frente, lo acomodo hacia atrás, dejo su mano alzada a la altura del hombre suspirando.

- Mucho calor.

Agarro del bolsillo de su capa de plumas color blanca con bordado de hilo de algodón dorado, teñido de colores vivo un abanico dorado moviéndolo a la altura de su cara.

-He sido elegido por mi rey Mirdor para dar comienzo al juego. Como todos saben el juego es una ofrenda para el dios del sol.

El hombre comenzó a dar detalles sobre aquel juego.

Explico que se juagaba con dragones y una pelota de hule grueso con forma de una de melón. La pelota tenía que estar sujetada por el jugador mientras su dragón volaba a una altura. Si el jugador la dejaba caer de sus manos eran 8 puntos para el equipo contrincante. Era un juego de muerte, por lo tanto los dragones se peleaban y lanzan fuego al sentirse amenazados; el control sobre ellos debía ser perfecto y para ello los jugadores recibían un entrenamiento anticipado. El primer equipo que lograra atravesar la pelota tres veces o 10 puntos ganaba y el perdedor era sacrificado ante el dios del sol.

Ethan se había sorprendido puesto que no era lo que esperaba, el juego había cambiado, cuando eran niño recordaba que los perdedores eran encerrados en el calabozo una semana sin comida ni agua.

Los dos estaban asombrados, Mirdor los quería muertos aquel día y para eso iban hacer ofrendados mediante un juego.

 El piso de arena volvió a abrirse a la mitad, solo tres metros y en el centro salía un aro de granizo blanco tan grande como ella orilla de un poso, estaba adornado con relieves simbólicos como jeroglifos.

-¿Qué es eso?

Heaven cada vez más se asustaba, tanto que hasta olvidaba que estaba montando un dragón. Aquel aro termino salir, el juego estaba por comenzar al momento de ser lanzada una moneda de oro.

El otro equipo salió a la arena. Eran hombres grandes, fuertes y parecían rudos, solo tenían un taparrabo sujetado a la cintura y su entre pierna.

La moneda cayó al suelo indicando que ellos comenzaban teniendo la pelota.

El hombre de capa de plumas la agarro con algo de delicadeza la pelota con sus manos y se acercó lanzándola a Ethan con poca fuerza sonriéndole.

-Suerte guapo- Le dijo retirándose de las arenas.

-Sujétate fuerte- Indicaba a Heaven.

Ethan se acomodaba sobre el dragón, no sabía cómo dominarlo pero intentaría. Tenia mucho tiempo sin montar uno y ya no tenía practica. Solo le preocupaba salvar a Heaven y salir de allí lo más pronto, y vivos.

Sujeto bien la pelota con una mano y al sonar la misma campana que dio señal de su llegaba, todo el equipo contrincante salió volando hacia ellos gritando con coraje.

Heaven pego un pequeño grito.

- ¡Ethan! ¿Qué hago? -Sujetaba bien las cadenas mirándolo ansiosa de conocer lo que iba a indicarle.

-¡Vuela! ¡No dejes que te golpeen y aléjate de la boca de los dragones!- dijo el alzando las caderas del dragón jalándola y pateando su costado como un caballo de guerra para impulsarse al frente y volar por los aires a la altura que les permitían.

-Heaven solo haz lo que te digo, yo distraeré los demás, vendrán por mí porque tengo la pelota.

Ethan empezaba alejarse notando que los de los equipos contrarios iban hacia él.

-Vamos Heaven, eleva tu dragón y ponte cerca del aro- ella aun no reaccionaba, todo le daba vueltas-. Lanzare la pelota tú la sujetas y la pasas por el aro solo así podremos ganar y salvarnos.

Ethan volaba evadiendo los otros dragones del equipo contrario, no tenía mucha experiencia en montar dragones pero no lo hacían tan mal, en casos extremos se hacía todo para salvarse.

Heaven agarro las cadenas sin saber cómo y torpemente, su dragón gruñía y movía la pata trasera.

-Vamos- Le decía y se movía en su lomo.

El dragón gruño aún más saltando sobre sus patas y tomado el vuelo.

Otro grito de ella se escuchó en el aire y un relámpago estallo en medio de la arena. Mirdor se levantó de su asiento acercándose a la baranda de piedra rojiza mirando a los lados buscando algo. Estaba confundido, no sabía de donde había venido aquel rayo en un día soleado. Su única opción era que su hermano Gallaghan estuviera por allí.

Observo varios segundos pero no vio nada. Mirdor no era tonto, sabía que un rayo así solo lo hubiese hecho su hermano pero no estaba, pensó en Ethan, pero él no haría un rayo ni queriendo.

Heaven volaba por los aire intentando acercarse al aro, pero no... Uno de los del equipo contrario golpeo su dragón con el suya haciendo que perdiese un poco el control. Volvió a tomar normal el vuelo mirando de reojo su contrincante sin perderlo de vista. El corazón le latía fuerte sintiendo una adrenalina inigualable, tomo su posición en el aro observando como Ethan era golpeado por varios hombres que intentaban quitarle la pelota.

- ¡Ethan, dámela!-le grito esperando que el la lanzara hacia ella y poder obtener el primer punto que los haría tener una ventaja sobre los demás jugadores que ya eran entrenados.

 El seguía volando intentando que no le quitaran aquella pelota, se quejaba por golpes que le daban y su dragón gruñía furioso botando fuego por su boca para apartar a los demás. Viendo que tenía un espacio hacia delante entre sus contrincantes voló rápidamente lanzándole la pelota a Heaven y ella la metió por el aro.

Los gritos de la multitud estallaron en aquel lugar.

El juego no terminaba, faltaban dos anotaciones más para poder terminar el juego.

Rápidamente uno del equipo contrario agarro la pelota y entre los del equipo se pasaban rápido la pelota jugando con ella, volando por los aires burlándose de ambos. Ethan era competitivo y ya se sentía frustrado y amenazado, entre ellos podían anotar un punto y empatar el juego.

Una idea brillante paso por su pequeña cabeza y voló en zig zag por todos los dragones intentando que se mezclaran y se hiciera un gran enredo. Ethan debía ahora intentar arrebatar la pelota al contrario y evitar que anoten.

-Mantente aquí yo tratare de quitarles la pelota, sino puedo bloquéalos usa tu dragón.

Ethan volaba hacia ellos golpeando su dragón y poder quitar la pelota pero era difícil, el contrario era muy hábil. Los jugadores del equipo contrarios hacían girar sus dragones evadiendo fácilmente a Ethan que intentaba detenerlos y hacerles caer de su dragón jalándolos por la ropa.

Ethan forcejeaba manteniendo sujeto su dragón y lograba soltarse volando detrás de quien llevaba la pelota, pero los otros no lo dejaban.

Aquel jugador iba directo hacia el aro para pasar por allí la pelota.

Heaven miraba atenta como se movía el que tenía la pelota, como estaba en el aro intentaría detenerlo. Se colocó en el medio como obstáculo para que aquel no pudiera lanzarla, pero dio una vuelta rápida a su espalda y el tiro marcando su primer punto y golpeando fuerte e intensamente la espalda de Heaven.

Emitió un grito de queja y dolor cayendo en el lomo de su dragón, lagrimas recorrían su rostro furiosa, enojada.

Un trueno hizo vibrar el cielo y varias nubes grises rodearon el anfiteatro amenazando como llover. La tierra tembló levemente y los espectadores comenzaban a asustarse un poco, no muchos comenzaron a salir, otros se quedaron a seguir viendo. A pesar de haber sido golpeada por la pelota y tener su pierna herida, Heaven nunca perdió el equilibrio y no cayo de dragón.

Mirdor estaba más preocupado, se le notaba en su caminar buscando respuesta a aquel comportamiento climático.

Heaven se recuperaba un poco del golpe, observaba el cambio del clima y eso le asustaba.

Ethan estaba con su dragón flotando lentamente en el aire, miraba a Heaven y analizaba un poco los hechos que habían estado sucediendo. Empezaba a sospechar que en Heaven había algo especial y cobraba sentido del porque su padre la buscaba.

–¡Heaven! -exclamo preocupado- ya basta -dijo cuándo Tres del equipo contrario se aceraban nuevamente al aro.

Tomo la cadena del dragón con la mano izquierda y salió volando como un rayo alzo su brazo derecho y abro su mano. Las pequeñas gotas cristalinas que salían de las nubes se unían haciendo una esfera de agua que Ethan lanzaba a sus adversarios haciéndolos desbalancearse y tener que agruparse para volver a atacar.

– ¡Basta!- gritaba Mirdor desde su posición.

Ethan seguía lanzando y atacando para poder terminar con aquello, sabía que Heaven necesitaba ayuda médica por su pierna que se notaba más colorada debido al golpe que había recibido por la pelota. Uno del equipo contrario que tenía la pelota volaba directo hacia Heaven para meter la pelota. Ella intento moverse pero el dragón no quería, estaba quieto. Cerro los ojos para amortiguar el próximo golpe que se acercaba, en vez de eso escucho un trueno y un grito de dolor, angustia y muerte.

Un rayo había caído sobre aquel hombre y su dragón electrocutándolos, y matándolos.

El cuerpo cayó sobre la arena del anfiteatro, se escucharon varias voces de asombro. La multitud estaba hablando y mirando todo lo que había sucedido. Ethan estaba algo asustado deteniendo el ataque, muchos pensarían que él lo había ocasionado. Se dio cuenta que la única respuesta era Heaven, en sus pensamientos estaba aquella conclusión porque Mirdor no podía hacerlo o eso pensaba él.

Mirdor también se había dado cuenta y mando a varios Hashiramas y demonios al campo de batalla ordenando sus muertes.

–Mátenlos a los dos, que no queden vivos.

Mirdor no quería que alguien más que él y sus hermanos tuvieran una habilidad.

Los del equipo contrario se apartaron de ellos dejándolos en el medio de la arena, junto al aro. Volando asustados sobre sus dragones estaban Ethan y Heaven.

-¿Que haremos Ethan?-  preguntaba Heaven mirando cómo se acercaban y agarraban las cadenas que tenían sujetados los dragones.

–Hay que zafarnos de ellas- señalaba Ethan las cadenas.

Heaven miraba a los hashiramas y demonios, estos halaron sus cadenas para sacarlos y bajarlos y así poder matarlos en tierra firme. Se sujetaron fuertemente escuchando los rugidos y viendo como los dragones botaban fuego intentando quemar a quienes les hacían daño.

Aún seguía lloviendo y Ethan pensaba volver a atacar pero no les haría mucho, necesitaban salir del lugar y escapar.

Un fuerte jalón hizo que Ethan cayera al piso en medio de cinco Hashiramas, asustado pero con orgullo levanto su mirada a su padre tragando grueso, odiándolo aún más. Un Hashirama se acercó más a él y lo agarro con sus colmillos por el brazo,  que se arrodillara. Él intentaba quitárselo, rasgaba y rompía su bata y su ropa, se quejaba de dolor fuertemente.

-¡No!... no por favor déjenlo- Lloraba Heaven agarrando sus cadenas y comenzando a volar.

El ambiente se tornó de un gris oscuro y el aire soplaba a una mayor intensidad casi violenta, amenazaba con una gran tormenta eléctrica.

Mirdor estaba petrificado, era ella a quien buscaban por tanto tiempo, era la amenaza.
Heaven estaba airada por lo que le sucedía a Ethan, iba a toda velocidad con su dragón algo que solo un veterano puede hacer.

–Déjenlo- gritaba en el momento que un gigantesco remolino de arena se levantó e hizo volar al hashirama que tenía a Ethan lanzándolo a unos cuantos metros. El dragón de Heaven lanzo fuego siguiendo el ataque y un rayo cayó enseguida dejando una gran abertura en la arena, los hashiramas no podían cruzar esa grieta ya que caerían al vacío.

Mirdor estaba enfadado, observaba con sorpresa el poder de Heaven que solo salía cuando ella se enojaba.

Heaven fue jalada por varios esclavos, cayendo sobre la arena quejándose mal herida y desmayada, de inmediato fue rodeada por demonios. Sufrió una fractura de su brazo derecho y su pierna herida se lastimo sangrando demasiado, debía ser atendida rápido o podía entrar en shock y morir.

Ethan se recuperaba un poco y se levantaba observando lo herida que estaba ella, estaba muy molesto, tanto que había perdido la razón y paciencia. Alzo sus brazos y de aquellas nubes se formó una enorme esfera de agua que al verla todos salieron corriendo y gritando de horror; Mirdor lo observaba pensando que iba a hacer, ese no era el Ethan que él conocía, tímido y sin habilidades.

Mirdor detuvo la esfera de agua en el aire con sus dos manos y aplaudió haciendo que explotara esparciendo el agua por todo el terreno.

–No está nada mal para ser un mediocre.

Mirdor aun cuando pudo detener el ataque en su mente sabía que de no ser por su habilidad y experiencia con ataque así hubiese muerto.

–Maldito… esto aún no termina.

 Peleando contra el poder de su padre, aunque sabía que no tenía oportunidad alguna contra él, sino podía vencerlo al menos intentaría darle un golpe lo suficientemente fuerte como para derribarle e intentar escapar con Heaven.

Mirdor se propuso a atacar a Ethan lanzándole una ráfaga de esferas de agua, justo en ese momento entre las nubes grises que tapaban el cielo como un manto, apareció un dragón blanco volando a toda velocidad al terreno, en el un viejo anciano barbudo con pieles de otras especies ascendía en la arena.
-Estabas muerto- dijo Mirdor a su cuarto hermano. –Entre los cuatro te matamos.

Se acercaba más a la baranda haciendo señales a los hashiramas que lo atacaran con todo.

Max que aún estaba en el lomo del gran dragón blanco se bajó agarrando Ethan para que tomara a Heaven entre sus brazos y la montara sobre el dragón. El viejo hombre detenía los hashiramas haciendo grietas en la arena aislándolos para que no pudieran atravesar.

Una vez estando en el lomo del dragón, Ethan, Heaven y Max volaron escapando del aquel lugar donde estuvieron cerca de morir.  

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